Desvelos de una noche febreril

MICRORRELATO DE UNA NOCHE DE FEBRERO

Oh cobalto cobalto, dijo nada más se abrieron las puertas acristaladas de la panadería a altas horas de la madrugada, repleta de gente tomando un tentempié para sobrellevar la noche. Delante de él una mujer se volteaba sin dar crédito a aquella extraña frase, al tiempo que decía:

¿Qué haces aquì?
Cierra la boca nena, ya la abriras mas tarde, y bien abierta, cosa que sabes.
He venido a contarte, que si cruzo Valencia cuando voy de bajada, y a demostrarte con hechos que te escucho, porque sino, estaría aquí ahora, eh!
Por los cruasanes de chocolate?
También!
Pero como te dije en su dia, hago mercados y desde que salí de Barna llevo pensando en entrar a verte, he bajado apretando lo que no está escrito, para darte la sorpresa de tu vida o de la noche, le decía riendo.
Cuando he llegado y ver tanto taxi, me he dicho es aquí seguro, pero ahora falta que este, y mira tu, que si estabas. La máquina está afuera.
Así que sube, que te voy a dar lo tuyo, lo mío, y lo de todos tus compañeros, pero antes coge el taxi y sácame de aquí, que me desvié de la ruta y ahora no se por donde salir.
Y no te preocupes por la litera, va bien protegida.

Antes de salir, ella se giró mientras le decía a una de las dependientas:

Niña, ponme media docena de cruasanes de chocolate, que este caballero va a necesitar recobrar energías, para seguir su camino.

Una vez afuera en cuanto vio la máquina aparcada en el carril taxi de enfrente, dijo;

Azul oscuro casi negro, pero de corazón puro.

Mi mente en ocasiones me juega malas pasadas e imagina situaciones que no ocurrirán jamás, pero a mi en esa fantasía, se me incrusta una sonrisa como si hubiese ocurrido. Curiosa la mente humana, y gilipollas que es una, con todas las letras.

Maria Rosa Aleixandre Maset || 25 de Febrero 2025